viernes, 7 de junio de 2013

El rostro más besado.

En 1880 una joven fue encontrada muerta en el río Sena sin muestra alguna de violencia y consideraron un suicidio. El cuerpo fue llevado a la Morgue de París, donde se expuso por si  la gente que pasaba por allí la identificaba. Cada vez más personas pasaban por allí, solo para contemplar a la hermosa niña, que a pesar de estar muerta tenía un semblante de paz y parecía como si sonriera.

Cuando nadie pudo identificarla, le hicieron una máscara de yeso en su rostro, que fue colgada en una tienda. Su delicada belleza se hizo popular entre los artistas y escritores, quienes fabrican historias sobre la causa de su suicidio.
Generaciones más tarde, seguía inspirando a aquellos fascinados por su historia misteriosa y un uso fue encontrado para su rostro.

Un usuario de la RCP en la década de 1950 desarrolló Resusci Annie, también conocida como Rescate Annie, un maniquí que se usa para entrenar a la gente en la técnica del boca-a-boca. Estaba convencido de que un maniquí realista sería perfecto para animar a los estudiantes a aprender el procedimiento de salvamento.

Millones de personas han aprendido a dar vida con la cara de la chica que murió a finales del siglo 19, convirtiéndola en la más besada del mundo.




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